sábado, 12 de enero de 2013

ME ESTALLA LA CABEZA!!!! NO PUEDO DORMIR!!!

Cefalea e Insomnio
La experiencia clínica sobre estos temas cotidianos nos permite abordar tales  síntomas, que apare-
cen solos o en conjunción con otras patologías psicosomáticas, que se hallan presentes en un alto porcentaje de la población, y su cronicidad hace que sean mayoritarias,  motivo de consulta.
Cefalea:
Las cefaleas no pueden ser tipificadas como enfermedad, sino como síntomas.No bien aparece el
temido “dolor de cabeza”, este esta dando cuenta de que una vez más el organismo ha perdido su homeostasis armónica.
Casi siempre la respuesta de los profesionales ante la consulta sobre este tema gira en torno a un
etiología (causa) “nerviosa”.
Cada día asistimos a una profusión de analgésicos, muy perfeccionados para calmar el dolor, pero
 desde el punto de vista de la nueva medicina y de la terapéutica floral es importante desentrañar
que emociones son capaces de desencadenar tamañas reacciones en el organismo, acompañada, en algunos casos, de los síntomas alternos y concomitantes:
Vértigos
Nauseas
Mareos
Intolerancia a los ruidos (hiperacusia)
Nubosidad en la vista (sin registro de daño ocular)
Tensión en las facciones.
Fotofobia (Hipersensibilidad a la luz).
Tensión Muscular en cabeza, cuello y hombros.
Temperamento Irritable
Necesidad de estar a solas,en penumbra
La sociedad occidental ha privilegiado la cabeza, el intelecto, el razonamiento.”Ser cerebral, competitivo” es sinónimo de éxito.
Esto ha contribuido a disociar la totalidad del hombre, divorciando la mente del cuerpo, lo de arriba
de lo de abajo.
En la paleta emocional de las personas afectadas por este mal existen predominancias:
Perfeccionistas
Rígidos
Temerosos de la intimidad.
Excesivamente responsables.
Viven la palabra del otro como una exigencia.
Se hacen cargo emocionalmente e lo que ocurre en su entorno.
Sienten embargados por la culpa.
Sienten temores e incertidumbres asociados a su falta de seguridad.
Hiperactividad intelectual (organizan, ordenan, y mandan), no logran relajarse, su vid sexual no es plenamente satisfactoria.
Cuando es asaltada la personalidad del paciente por sus demandas inconcientes, pisando estas el
 umbral de la conciencia, las emociones lo desbordan, efectuando un consumo energético exagerado para controlarlas. Hay tensión…se dilatan los vasos sanguíneos…acontece el temible latido:el
proceso ha comenzado :todos los impulso reprimidos han logrado ascender:”la cabeza estalla
La postula corporal que adopta quien se ve aquejado es la típica de un atormentado: la cabeza entre
sus manos, como intentando contener algo que desborda los límites de la caja craneana.
Insomnio:
Insomnio.
Trataremos el insomnio como “trastornos en la conciliación del sueño”.
Son ancestrales los consejos para la buena salud: «una alimentación adecuada, buena higiene perso-
nal y dormir no menos de siete horas», como así también las recomendaciones que seguir antes de acostarnos: ropas livianas, habitación ventilada, temperatura agradable, ausencia de estímulos audi-tivos y lumínicos agresivos.
El sueño es necesario en la misma medida que la comida y el sexo.
Las dificultades estriban en la etapa de la conciliación del sueño, dado que dormirse” no es voluntario”. Debemos entregarnos al sueño, abandonar­nos y esto significa entrar en contacto con nuestro inconsciente.
Encarado desde la Terapéutica floral, el insomnio cotidiano (aquel que no está conectado a situa-
ciones traumáticas específicas) desenmascara emociones cuyas relaciones florales son las que siguen.
Emociones que desembocan en insomnio:

Contenidos subconscientes que amenazan con salir a la superficie y que en estado de vigilia se enmascaran con falsa alegría.

Diálogos interminables de «como debiera haber ac­tuado», la rueda de los pensamientos no deja de
 girar.

Temores a fuerzas invisibles. Miedo de sus miedos, temor a la oscuridad y a lo que ésta encierra.

En casos extremos de estar invadido de celos obse­sivos, deseos de venganza, odio.

Excesiva aceleración mental (no torturante) impo­sibilidad de relajarse, tensión desmedida en la toni­cidad muscular entre otras.
Como podemos observar, se yuxtaponen cefaleas e insomnio, asociados o independientemente entre
 si.

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