lunes, 21 de enero de 2013

ENERGÍA

 DE LA ENERGÍA:
REFLEXIONES: RASTREANDO EL NO-DUALISMO: ENERGÍA ES UN TODO SIN DIVIDIR
DEL MICROCOSMOS Y EL MACROCOSMOS
En la protohistoria el hombre, cazador nómada, siguiendo su comida, esto es  el ganado, lo hacia de noche gracias a  luz de la luna que actuaba de cómplice con su energía refractante del sol y reguladora de ciclos de vida. Entre éstos, el desove del pejerrey (solo lo hace en plenilunio) y más próximo a las especies, el ciclo mensual femenino y su gestación pautada por “tantas”lunas.
Por largos períodos hubo de situarse esta preeminencia femenina-ritual. Buena cuenta de ello brindan los aportes  minuciosos de las investigaciones socio-etnoantropológicas. Estas dan pabilo y aportes indubitables a las  confirmaciones de estas tesis.
Más acá en el tiempo, al imponerse las circunstancias y al  enraizarse en comarcas de residencia gregaria y laborar el vientre de gea, la tierra adquiere a sus ojos importancia de sustento al parir el grano exultante en planta munificente, entrega sin límite de energía vital.
A estas alturas, los pedimentos y rogatorios teístas se dirigieron al sol, vehículo de energía sin el cual la fotosíntesis no acudiría en ayuda  del reino vegetal y éste en socorro de la raza humana con su manutención dejando, si así no fuera, un campo yermo, erial.
Como dejar de lado aquello que ayudó en la evolución, el período lunar por el nuevo dios sol, el” Ra”  de los egipcios, que a su costa o entrega evolucionaron de tal suerte que aun hoy no alcanzamos a descifrar el cómo de sus avances en el conocimiento del átomo y sucedáneos.
Maravilla ver como fue resuelto este gran cambio, tenido en cuenta que el ser vivo, más temeroso a la novedad o cambio, es el hombre.
El epítome conciliador al que llegaron los sacerdotes, para explicar al vulgo de aquel tiempo, esta nueva vertiente de religiosidad vindicativa fue incorporar al dios sol como esponsal necesario de la hasta ese momento única deidad, la luna, explicando que uno no puede existir sin el otro.
Es de una meridiana y magnífica precisión  esta verdad impuesta por vía teologal-sacra, pues es hoy de conocimiento de cualquiera de nosotros el saber que la energía que provee el astro rey es reflejada orbi de por medio en el espejo lunar.
Para ello, como ícono relevante, rodeado de incógnita arquitectónica  hasta hoy, emergió en ese mundo mágico científico Stonehenge[1], las famosas construcciones megalíticas cargadas de simbologías rituales vivenciales calendarias que al final del solsticio invernal por entre dos aberturas con sus dos dinteles ,uno debajo del otro aparecía, en el superior, primero la luna y debajo en el inferior el sol.
Así, armonizando lo que siempre estuvo armónico, luna y sol, pero no para el dogma lunar que era excluyente en la mente de las gentes, se incorporó sabia y progresivamente el apareamiento de otro dios sin la tanática destrucción del primero.
Tal vez podamos relacionar este acoplamiento con la bipolaridad de todo lo hasta hoy conocido en el micro y el macrocosmos.
Tal vez, asistimos y  asistieron, a la primera o una de las primeras manifestaciones eclécticas  de directivas a una comunidad con resultado feliz.



[1] Son extensas construcciones megalíticas situados en Gran Bretaña, impresos de contenido astronómico.


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