lunes, 21 de enero de 2013

LA OPTICA EINSTENIANA-TERAPEUTICA-VIBRACIONAL:

A todas luces el modelo newtoniano es prevalente aun en la práctica médica occidental. EL dogma es: el organismo, engranaje maquinado en forma compleja cuyo gobierno y generador es el cerebro y el sistema periférico nervioso, su tributario.
Veamos no obstante con interés el concepto einsteniano que visualiza a los seres humanos”como redes de campos complejos de energía en interfaz con los sistemas físicos celulares”
Desde esta nueva óptica, los seres humanos están interconectados e interrelacionados, de modo inseparable con la inteligencia universal, debemos nuestra existencia al conjunto de las energías y no ignoramos que la materia de la cual está constituido el universo es una sola.
Somos al mismo tiempo ese aire, fuego, viento, agua, tierra, dentro de ese envoltorio, allí hay un universo igual al de afuera, es un jardín que respira el mismo oxígeno de las plantas, lo incorpora, recorre nuestras células.
Ese cuerpo físico tiene los mismos componentes de la materia universal; calcio, cinc, cloro, cobre, etc., de tal forma que enfocado así el tema, pensar que el cuerpo puede reequilibrarse con la misma energía de la Naturaleza, es de tal meridiana sencillez, que a un niño le parecería lógico y deseable.
En síntesis, la medicina se ocupa del cuerpo, la psicología del aparato psíquico, su funcionamiento,la conducta, el ego, los contenidos inconscientes,etc y las Terapias Vibracionales.
Se ocupan de reestablecer la homeostasis general desde un ámbito huérfano en las demás ciencias, la anatomía energética, base de su terapéutica, sin excluir los conocimientos científicos.
La terapéutica vibracional extrapola formas muy especializadas con el fin último de armonizar aquellas energías decadentes por causa de la disfunción-enfermedad logrando reestablecer el ordenamiento a un nivel de óptima altura en la funcionalidad del ser, como sistema en dinamia de energías, ya que con la muy difundida y respetada ecuación,E=mc(al cuadrado)Einsten acuñó no sólo su sello de laborioso “obrero de la sabiduría”sino la demostración cabal de que la energía y la materia son expresión dual del caldo universal que empapa el holos, que al formar parte de él tanto lo conforma como lo configura.
Hablamos de la vibración o energía primordial, común a todos nosotros huéspedes y anfitriones a la vez de la creación.
El “modelo” farmacológico y quirúrgico para el abordaje de los tratamientos del cuerpo ha aportado adelantos significativos siendo ambos hijos de la vertiente newtoniana; máquina, intercambios químicos, síntesis enzimáticas, receptores, trasmisores, etc.
Es una aproximación a la realidad, aunque de esta suerte ignoran o desprecian, porque ignoran”Fortis Vitae”fuente donde abreva la existencia misma de los seres vivientes.
Como seres vivos, somos más que la suma de las partes, ya que la fuerza sutil deviene en el natural sinergismo que restaura, acomoda y da dirección “non interruptus”.Cuando cesa, cada parte del organismo se separa y corrompe, dándonos pautas certeras de  que la argamasa aglutinante que hacía perentorio el vivir, ha cesado.
Esta distinción meridianamente empírica nos muestra la diferencia de los organismos vivos, de los no vivos y los hombres de las maquinarias.
Para huir (decían superar) el concepto religioso y aun divino del acaecer humano prestamente se dirigieron al maquinismo, sustrato de la revolución industrial.
Muchos apreciados inventos se produjeron a partir de esta nodriza de alimento inacabable, “la Intelligentia”, hasta tropezar con la”inexplicable” para la razón, fuente de la vida,”las fuerzas vitales” en los organismos vivientes.

A pesar de los grandes avances en medicina molecular y las interacciones celulares, se sigue poniendo el acento en la materia densa (sólida-el cuerpo carneo) excluyendo la interacción de los campos bioenergéticos (claro, pues se desconocen) que operan los patrones del rango celular de la expresión física.
Con optimismo sostenido vemos como asoman las opiniones y praxis de los nuevos “médicos-sanadores”[2] con un corpus de trabajo ingente, depositando su interés en el relieve de la observancia de la materia  como energía, particular, diferente, pero energía inmanente.
En fin, tratándose del aprovechamiento productivo de las energías puras, diríamos que, sin la presencia de impurezas tales como el pensamiento preformado (¿deformado?) por dogmas ajenos al sentir, basados en la convicción teórica, pero de resolución empírica que muestra al observador desprovisto de formulación maniqueísta, de que lo ordenado molecularmente en el cuerpo es una expresión de la red compleja de campos de energía interconectados.
Visto así, los sistemas sutiles de energía son influidos por nuestras emociones: armonía-disarmonía, nutrición-desnutrición, ambiente favorable-desfavorable, etc.
En el devenir del tiempo la ciencia (que es búsqueda) hallará seguramente algo más simple de lo que creíamos; la conciencia no es nada más ni nada menos, que la forma de expresión celular del cuerpo físico como energía relacionada con el ser, vertiente vivificadora “sine die” de la vida en expansión, que “obliga” a vivir.
Tratar de la, obligarla a cambiar su dirección espiralada en su sino, el “hacia”tendrá como respuesta y correlato una disfunción de diferente grado, desde incomodidad hasta enfermedad crónica, aguda y /o terminal, muestra inequívoca del error el cual debemos corregir con señera entereza ó desdeñar el aviso que entraña su aparición para mejorar la calidad de vida y sucumbir en la poco noble lucha contra nosotros mismos.
Desde hace milenios, los sabios orientales observaban que el microcosmos contiene en buena parte principios que hallamos en el macrocosmos.
No somos orientales aunque podemos ser sabios y adscribirnos al holograma descrito como vector de un diapasón afinado de las emociones.
La Física cuántica ha apoyado y ampliado los postulados de Albert Einstein sobre materia y energía, presentándonos la realidad del ser humano como un conjunto de sistemas de diferente nivel vibratorio en constante interacción de los que el cuerpo físico sólo ocuparía el nivel más denso siendo los otros niveles los correspondientes al plano energético, al mental y al espiritual.
Por  la ley del intercambio masa por energía o  e=mc 2, Albert Einstein descubrió que lo que en realidad llamamos “materia” (concepto tan caro a los siempre ultra conservadores químicos) es un proceso de interpenetración constante entre dos variables: lo denso, objetivable por una parte y lo “invisible” energético por otra. Entonces la materia sería una única realidad con dos caras: la masa por un lado y la energía por el otro.
ENERGIA:
Algunos autores, algo esotéricos, postulan que hay muchos escritos herméticos, sobre el origen de la energía que no serán revelados hasta que la humanidad logre un “estado” de conciencia.
Nos preguntamos si a ese estado llamado superior no se accedería mejor desempolvando esos incunables para desarrollar un crecimiento cierto con la sola jerarquía estatuida por el propio “corsi e recorsi” del espiral energético universal.
Cuando un alumno-pupilo no aprende la lección o postulado, es castigado o reprendido. A quien detenta el titulo de pedagogo, si así obrare, debiera renunciar a ese cometido, pues si el sapiente lo es, debe saber transmitir la ampliación de conocimientos y el desarrollo, por interés creado en la conciencia del educando.
El desarrollo de la conciencia, albur volitivo, se observa cuando la energía atraviesa los cuerpos (energía sólida de bajo rango vibracional) desde adentro hacia fuera alcanzando estos tal grado de permeabilidad que cada átomo se desliza cómodamente por los intersticios de las paredes logrando una armonía dinámica en los meridianos.
Como corolario analógico y doméstico diríamos que si al líquido corporal, cualquiera de los humores, no le es facilitado el desfogue de lo endógeno a lo exógeno, de adentro hacia fuera, entrarían en colapso irremediable. Si la vejiga retuviera la micción la resultante sería desde inflamación hasta piuria.
Los individuos que retienen información en aras de salvaguardar al no iniciado de posibles daños de lego como calificación menor le cabría (primafacie) la de mentor putativo.
Si este mentor se tornara sabio mayéutico nos explicaría que hay metales en el universo convertidos en elementos gaseoso al estar sometidos a los mil cien grados centígrados, sin por ello dejar de pertenecer a la familia de los metales sólo que sometido a estos grados centígrados su masa cambia y deviene gaseosa así tal vez comprenderíamos más nuestra alquimia de mutaciones exento de dramatismo.
De tal modo  la conciencia, tal vez en parte, aprehendería que vida y mente, mente y vida, conforman el claroscuro multicolor de la existencia presentida. La resultante deseada: El ego sería menos lego y el ego que nos aprisiona menos ego. Ergo, triunfo de la conciencia.

 Extracto del libro  SISTEMA DAPONTE-AHIMSA de los autores del blog




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