“El Hombre es naturalmente sano”
Rousseau.
La enfermedad, desde las terapéuticas ortodoxas, es considerada como un hecho adverso que ocurre en cualquier momento de la vida del sujeto ajeno a sus condiciones mentales, espirituales y es categorizada como impersonal, no así para las terapéuticas holísticas que reconocen una fuerte influencia de las concepciones filosóficas orientales y de la física moderna para las cuales la enfermedad es un mensaje que se descifra en el cuerpo pero se origina en el inconsciente y el alma.
Definición de la OMS:
Con un criterio pragmático la OMS, Organización Mundial de la Salud, define la salud como “un estado de bienestar físico, mental y social y no meramente ausencia de una enfermedad o achaque”.
En la atención casi exclusiva que prestan a la enfermedad las terapéuticas ortodoxas, en su búsqueda cada vez más profunda, como la nanomedicina, se aparta de los postulados más amplios del órgano mundial sanitario (OMS) ahondando sus desvelos hacia la parcialidad del sujeto, enfatizando la enfermedad.
No obstante ser la definición de la OMS más amplia y flexible, cabe acotar el significado de “estado”en este contexto, el cual expresado así, obvia el concepto de “dinámico y cambiante” reafirmando la visión estanca propia del paradigma mecanicista del método cartesiano, responsable de la escisión del ser humano en partes atomizadas.
“El que cuida su cuerpo y descuida su alma,
comete un error tan grande como
el que cuida su alma y descuida su cuerpo”
Pitágoras
VISIÓN DE SALUD DE SISTEMA DAPONTE-AHIMNSA
Se adscribe a la corriente sintetizadora que privilegia la integración.
Mantener un equilibrado estado de salud es entender que la madurez emocional y la armonía espiritual son óptimas en sí mismas e innecesario cualquier agregado, por ejemplo al intervenir el proceso mental con su contenido ideológico y dogmático (socio- político-cultural) hacen de freno o desvío la dirección natural original, produciendo disfunción de alta complejidad vibracional, cuyo resultado exponencial se vera reflejado en el soma.
Es dable observar a nuestro alrededor como se produce un derrumbe del sistema inmunológico de los sujetos observados cuando irrumpen pensamientos negativos o parasitarios en su constelación mental como manifestaciones de la disfunción o enfermedad, como contracara de lo reprimido; esto es, que lo emocional interrumpido produce una contestación del cuerpo o del alma (malestar, enfermedad).
El estado de madurez psico-físico-emocional-espiritual se consigue atravesando las etapas de la enfermedad que simbolizan el “hacia” la estabilidad. Como tal, entonces, la enfermedad se entenderá como lección.
Objetivamente salud y enfermedad no son términos antitéticos sino la expresión de una sola vertiente pura, primitiva, alterada o no por diferentes diques de contención que detiene, desdibujan o pervierten la dirección natural del flujo de la vida.
La Física nos aporta el conocimiento de que la naturaleza es caótica y su devenir obedece a un esquema prefijado de crecimiento”hacia”. Configurando su movimiento en el atractor[1] (fondo del cuenco al que la bolita llegará tarde o temprano al ser disparada como tira la bola el crupier en una ruleta). La tendencia es avanzar, como dijimos, hacia la evolución más que empujar desde atrás.
Si al árbol en crecimiento le es cortado un retoño, lo reemplazará, pues la tendencia es crecer hacia el futuro, ser árbol. La partícula pues, es desordenada en su espacio, pero mirando desde lejos se ve que obedece a un esquema principista de crecimiento.
Visto así, el estado natural del organismo ES LA SALUD, fuimos diseñados sanos. La enfermedad es una distorsión de la unidad física, psíquica, social, mental y espiritual.
Existe un error en la afirmación “soy enfermo de” que debe ser suplantada por “estoy enfermo de”, reemplazando el antiguo erróneo anatema por la búsqueda del error enunciándolo y cambiando la actitud.
El organismo refleja las especiales características de la relación entre lo heredado (genes) y lo adquirido (todas las influencias ambientales). Y es en esa relación -por lo general más o menos insatisfactoria para las necesidades del niño- donde habrá que buscar el surgimiento de su carácter, es decir: las peculiaridades de su estructuración psico-física que le permiten tener un lugar en el mundo ya sea a fuerza de codazos o sonrisas. Es allí donde hay que buscar la verdadera explicación de las “desviaciones” respecto de lo sano o saludable.
El cuerpo es una casa que recibe órdenes, escucha, almacena y para “conformarnos” en el proceso de socialización nos “deformamos” y muchas veces enfermamos.
Nuestro cuerpo es nuestra única realidad aprehensible. Nos incluye desde lo que vemos y sentimos, lo concreto y lo intangible, las elaboraciones psíquicas, lo etéreo, lo sutil, los procesos bioquímicos, el alma, la energía.
La enfermedad es un lenguaje codificado que expresa lo no dicho con palabras, es menester descifrarlo para convertirla en mensajera de la salud.
El sentido del síntoma es experimentar aquello que no podemos sentir conscientemente.
Existe en todo organismo vivo una tendencia espontánea a la salud “VIS MEDICATRIX NATURAE”, FUERZA MEDICA MATURAL (esfuerzo curativo espontáneo de la naturaleza), es la orientación hacia el equilibrio u homeostasis.
Como decía Hipócrates, dime que hiciste para enfermarte y te diré lo que debes hacer para curarte, la enfermedad surge como consecuencia de un desequilibrio en los patrones de vida, que connotan una intoxicación en principio emocional (pensamiento y emociones negativas) por ser interrumpidas en su ex-movere (hacia fuera) para luego plasmar en el cuerpo físico.
La enfermedad como lenguaje, expresa codificadamente en el soma ,lo que el verbo no puede con palabras.
Así como la Naturaleza se asocia con lo simple, con lo sabio y es imposible pensar que al verano no lo preceda la primavera, el hombre es capaz de alterar en su detrimento un ritmo tan simple como vigilia y sueño. En su hacer y deshacer obliga al cuerpo a extender la vigilia, a alterar su ritmo, a inducir al sueño mediante psicofármacos, a tapar los síntomas con medicamentos de momento, que no llegan al fondo de la causa y desconoce que la enfermedad es una señal que nos advierte de los cambios que debemos atender en nuestra vida.”El cambio de actitud es saludable”.
[1] Atractor es una singularidad en el "espacio de acción" donde ocurre un fenómeno, hacia el cual convergen las trayectorias de una dada dinámica, que encuentran en su atractor una condición local de mínima energía. El atractor de algunos sistemas complejos coincide con su estado de autoorganización.
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