INTRODUCCIÓN
Hablar de terapéuticas y de terapeutas implica abordar la tarea de asistir a un ser humano en su
proceso de curación.
Nos resulta interesante traer a referencia unas reflexiones del Dr.Florencio Escardó, ex decano
de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires e introductor de las Flores de Bach en
Argentina.En el prólogo del libro escrito por David Susmann sobre acupuntura dice en algunos
de sus párrafos “existen procedimientos terapéuticos milenarios que con suma frecuencia
determinan curaciones y mejoras categóricas.El habla allí de heterodoxia y ortodoxia.
La primera hace referencia no solo a que no son enseñados en medios oficiales y se les
denomina así, sino porque éstas técnicas y sus fundamentos teóricos, doctrinarios y
filosóficos son negados de maneras explícita o implícita en los claustros científicos.
A este sistema de negaciones se les denomina ortodoxia, que significaría opinión correcta,
e implica que todo lo que no esté de acuerdo con ella no lo es.
Así, se nos forma con la mentalidad de no poder pensar por cuenta propia y cada vez que
lo hacemos deberíamos pedir permiso a lo claustros oficiales.
Se obvia el derecho que tiene todo ser humano enfermo a aquello que pueda aliviarle,
mejorarle o curarle, prescindiendo de las convenciones culturales.
La medicina tradicional sigue sosteniendo que un ulceroso no es un hombre que tiene
una úlcera, sino una úlcera que tiene un hombre, de modo tal, que, si se la curan y recidiva, se diagnosticará de úlceras de neoboca y no del porqué de la recidiva.
Por tal razón, lo oficial y lo académico constituyen un freno poderoso para todo
intento renovador.
Así la vida de los revisionistas e innovadores se ha visto teñida de torturas y persecusiones.
Vesalio las sufrió por el hecho de demostrar sobre el cadáver que, la mujer, tiene igual número de costillas que el varón.
Semmenweils fue expulsado por haber solicitado a los estudiantes que venían de la sala
de disección, que se lavasen las manos antes de atender ginecológicamente a las mujeres que luego morían de fiebre puerperal, pero la ciencia oficial quedó a salvo.
Freud fue separado de la Sociedad Médica, entre otras cuestiones por haber descripto la sexualidad infantil.
En otro párrafo hace referencia al tema de los intereses culturales y económicos que usan
al hombre en su provecho.
Tratar a un asmático con corticoides es ortodoxo porque las fábricas de drogas presentan
cada día uno más perfecto y ello hace imprescindible que los intereses del enfermo
coincidan con la industria farmacéutica; pero tratar con medios naturales y no agresivos
es heterodoxia y el solo beneficiado es el paciente como tal y no como agente de consumo.
El paso de las ciencias de la salud a la heterodoxia es visto como un paso a la clandestinidad.
Este paso resulta siempre de una “crisis vital” (F. Escardó).
La medicina académica y ortodoxa se ha ocupado de la medicación sintomática .
Históricamente en el área de la salud se habla de enfermedades, palabra que debería tener solo singular ,si no diríamos enfermedades y saludes.Ambos son conceptos singulares ,
ya que se refieren a un estado el ser humano y no a órgano o partes del cuerpo o de la psique.
No hay enfermedades físicas o psíquicas, sino enfermedades que se manifiestan en el plano
somático o en el plano orgánico.
La enfermedad es una señal, pero hemos asistido desde la ortodoxia a innumerables modos
de suprimir el síntoma.El hombre, que es un todo indisoluble de cuerpo, mente y espíritu,
dejó de actuar como una totalidad y comenzó a fragmentarse con la llamada evolución
de la sociedad. Por lo tanto, la tarea principal es no apartarnos de la causa de la enfermedad
y no del síntoma.
Este es un paso que, hasta hoy, la ortodoxia no puede dar, puesto que cada vez se elaboran microsistemas más complicados para atacar el síntoma.
Obviamente, sin esta medicina tradicional, muchos de los que aquí estamos estaríamos
muertos, por ejemplo cuando nos referimos a la disminución de las muertes en los partos,
las vacunas, las cirugías de alta complejidad; la crisis se plantea al considerar al hombre
escindido y así seguirá enfermando sin encontrar armonía.
La enfermedad hace curable al ser humano, es un camino de lo incompleto a lo
completo, es el camino de la perfección.
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